miércoles, 21 de noviembre de 2012

Las mujeres de la elite en la época colonial

 a. Antes de la lectura de los textos:
Observamos, conversamos, hipotetizamos...
 Las imágenes más comunes sobre las mujeres de la elite colonial que vivieron durante la época del Virreinato las muestran amenizando unas fiestas características de su grupo social, las tertulias, o bien organizando el trabajo de una numerosa servidumbre, en las grandes casonas coloniales.


Litografía de F. Lehnert sobre dibujo de Gay.
Una tertulia en 1790.

El Himno Nacional en la sala de Mariquita Sánchez de Thompson, donde se cantó por primera vez en 1813.

El Himno Nacional en la sala de Mariquita Sánchez de Thompson, donde se cantó por primera vez en 1813, óleo sobre tela de Pedro Subercasseaux (reconstrucción histórica). Museo Histórico Nacional, Argentina. Fotografía: Esteban Widnicky (Archivo educ.ar)

Minué en los altos de Escalada
Acuarela: Minué en los altos de Escalada 1834. Artista: Carlos Pellegrini.




Bacle (Litografía en soporte papel).
Señoras por la mañana.


Gregorio Ibarra (Litografía en soporte papel).
Señoras porteñas por la mañana.

Estas tareas y actividades eran efectivamente propias de las mujeres de este sector social. Pero ,
además, ¿qué otras cosas hacían?, ¿cómo era el vínculo con sus padres y sus maridos?, ¿cuál era
el modelo de mujer aceptado por su grupo social?, ¿qué educación recibían?, ¿con quiénes se casaban?, ¿podían elegir a sus maridos?, ¿acaso podían recorrer caminos distintos de los pautados
socialmente ?

b. Lectura de textos

Una vida con escasas opciones

"Aunque la mujer tenía derechos legales limitados (como el derecho a heredar), ninguna mujer [...] podía tener una profesión, porque se pensaba que era incapaz de cualquier tipo de vida fuera de su hogar. Para las mujeres de Buenos Aires sólo había tres opciones: el matrimonio, la soltería o la entrada en un convento de clausura. Por los informes de los viajeros que visitaron Buenos Aires sabemos que las mujeres que elegían el matrimonio o la soltería debían llevar una vida tranquila y cortés centrada en el hogar y en la iglesia. En sus hogares, y en las reuniones sociales, las mujeres no debían desplegar inteligencia, sino más bien brindar el toque amable a los invitados, ser capaces de una charla agradable y vivaz, de bailar danzas españolas y francesas, tocar la guitarra y cantar. Otra cosa que podían hacer las mujeres era tocar el arpa. Siempre iban
bien acompañadas cuando salían de sus casas, y las bien educadas no se mezclaban con la gente "vulgar". [...] Aunque las invitaban a bailes, fiestas y tertulias, quedaban excluidas de muchas de las reuniones que abundaban en la vida social de los hombres."
Socolow, Susan. Los mercaderes del Buenos Aires virreinal: familia y comercio. Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1991.



La educación de las mujeres de la elite
"La ignorancia era perfectamente sostenida. No había maestros para nada, no había libros sino de devoción
e insignificantes, [...] ya debes de conocer lo que sabían las gentes, leer, escribir y contar, lo más. Para las
mujeres había varias escuelas que ni el nombre de tales les darían ahora. La más formal donde iba todo lo
más notable era una vieja casa [...]. La dirigía doña Francisca López, concurrían varones y mujeres. Niñas
desde cinco años y niños varones hasta quince, separados en dos salas, cada uno llevaba de su casa una silla de paja muy ordinaria hecha en el país de sauce; éste era todo el amueblamiento, el tintero, un pocillo, una mesa muy tosca donde escribían los varones primero y después las niñas. Debo admitir que no todos los padres querían que supieran escribir las niñas porque no escribieran a los hombres; estas sillas ordinarias que ni para muestra hay ahora, no era fácil tenerlas tampoco porque había pocas, todos los oficios eran
miserables, así muchas niñas se sentaban en el suelo sobre una estera de ésas de esparto. Había una mesita con un nicho de la Virgen donde se decía el bendito a la entrada y a la salida. Éste era todo el adorno
de la principal sala y en un rincón la cama de la maestra: el solo libro era el Catecismo, para leer en carta
cada niña o niño traía de su casa un cuaderno que les escribían sus padres, y se le decía el proceso: todo
lo que se enseñaba era leer y escribir y las cuatro primeras reglas de la aritmética, y a las mujeres coser y
marcar [...]. Había algunos pardos que enseñaban la música y el piano, éste era el solo adorno para las ni-
ñas, era para lo solo que había maestros, muy mediocres. No puedes imaginarte la vigilancia de los padres
para impedir el trato de las niñas con los caballeros, y en suma en todas las clases de la sociedad había vanidad en las madres de familia en este punto. La dicha de los padres era tener una hija monja, un sacerdote, y la sociedad giraba sobre esta tendencia."
Sánchez, Mariquita. Recuerdos del Buenos Aires virreinal, en Sáenz Quesada, María.  Mariquita Sánchez. Vida política y sentimental. Sudamericana, Buenos Aires, 1995.



Las actividades de las niñas, las relaciones familiares
Las niñas de las familias decentes del Buenos Aires virreinal solían pasar la mayor parte de su tiempo en sus grandes casas de la ciudad, entre costuras, bordados, zurcidos y asistencia a misas. Sus padres les
enseñaban las primeras letras, para que pudieran colaborar en las empresas familiares.
Las niñas participaban de las tertulias, esos ámbitos de sociabilidad tan típicos de la elite colonial. Los fines de semana, dejaban la casa de la ciudad, para ir con sus padres a las quintas y estancias que éstos poseían en la campaña cercana.
Por lo general, crecían mimadas por la servidumbre de la casa. El cariño no era lo más característico en las
relaciones familiares. El trato de los padres hacia sus hijos se caracterizaba por la severidad y la distancia.
Elaborado a partir de: Mariquita Sánchez de Thompson. Félix Luna (director). Colección Grandes protagonistas de la historia argentina. Planeta, Buenos Aires, 2000.





Matrimonios por conveniencia
En los hogares de la gente decente era habitual que los padres eligieran maridos para sus hijas. Los matrimonios así pautados no tenían en cuenta los sentimientos de las jóvenes sino los intereses de familia. A
través de un buen matrimonio se buscaba mantener o incrementar el patrimonio familiar. Los ricos comerciantes, por ejemplo, se preocupaban por pactar matrimonios con hombres que a través del ahorro y la buena administración dieran continuidad a sus empresas mercantiles.
En este sentido, los españoles contaban con ciertas ventajas sobre los criollos. Las familias decentes los consideraban más trabajadores y ahorrativos que los nativos. Un dicho –Vino, marido y bretaña*, de España– que estaba muy extendido en la época expresaba muy bien esta preferencia .
Susan Socolow sostiene que el casamiento de la mujer criolla socialmente establecida con el recién llegado de España no era sólo una norma aceptada en Buenos Aires, sino que estaba extendida por la mayor parte de Hispanoamérica.
Elaborado a partir de: Mariquita Sánchez de Thompson. Félix Luna (director). Colección Grandes protagonistas de la historia argentina. Planeta, Buenos Aires, 2000.




El amor en lucha contra la conveniencia: surgimiento de una nueva sensibilidad
Hacia 1803 Mariquita Sánchez tenía 14 años. Pertenecía a una distinguida familia porteña. A pesar de su juventud, Mariquita decidió cuestionar las rígidas costumbres de su época en torno al matrimonio. No aceptó casarse con el hombre elegido por sus padres, el español Diego del Arco. Amaba a un joven, llamado Martín Thompson y, animada por tales sentimientos y por una personalidad que comenzaba a definirse como muy libre y transgresora, resistió las imposiciones paternas. Ante la intransigencia de sus padres, ella y Martín decidieron llevar el enfrentamiento a la esfera pública. Presentaron un juicio de disenso ante las autoridades virreinales y, finalmente, fue el virrey Sobremonte el que dirimió el conflicto, fallando en favor de los enamorados.
La historiadora María Sáenz Quesada considera que Mariquita fue expresión de una nueva sensibilidad social: "en esta lucha de carácter personal los novios no estuvieron solos. En efecto, la cuestión del casamiento con el elegido del corazón era uno de los grandes temas de la vida privada que debatía la sociedad finisecular. Si en Francia acababan de abolirse los privilegios que venían del Medioevo, si el espíritu del siglo tendía a acabar con las herencias gravosas, si los pensadores, literatos y poetas elogiaban el individualismo y la religión del corazón por encima de las frías normas, ¿podrían escapar los súbditos americanos de la Corona española al influjo de tales cuestiones?
"La firmeza de Mariquita al sostener contra viento y marea sus derechos, de los 14 a los 17 años, da cuenta
además de una decisión que era fruto de su notable fortaleza, el punto de partida de una nueva sensibilidad
social ante el matrimonio: la revalorización del amor de la pareja por encima de los intereses del grupo de familia. En este punto la joven contaba con el respaldo moral del obispo Azamor y Rodríguez, titular de la diócesis de Buenos Aires. Éste había sido íntimo de su casa. Murió cuando ella tenía unos diez años; es fácil imaginar que esa niña, presente en las tertulias de los mayores como se acostumbraba en Buenos Aires, debió escuchar y absorber estos nuevos y atractivos conceptos que tan bien se adecuaban a su íntimo anhelo de libertad. Más sorprendente es que su padre, tan amigo del obispo Azamor, adoptara en oportunidad del enlace de su única hija un comportamiento intransigente. Pero una cosa era el vínculo amistoso,  y otra muy diferente aceptar los revolucionarios criterios del prelado en lo que hacía al manejo de sus intereses de familia. [...]
"En sus escritos, Azamor había defendido la libertad de elección de su pareja por parte de los jóvenes [...].
"Esta postura [...] era también la del progresista fiscal de la Audiencia de Charcas, Victorián de Villaba [...], para quienes la oposición de los padres respondía al capricho o a deleznables conveniencias económicas o sociales. Tanto el prelado como el fiscal expresaban un clima de ideas contrario a la Pragmática Sanción que en la década de 1780 había tendido a vigorizar la autoridad paterna a fin de evitar que la sociedad estamental se quebrara por matrimonios entre personas de diferente nivel social o de castas distintas. Según dicha Pragmática, los hijos, incluso los mayores de 25 años, debían solicitar el consentimiento paterno. La transgresión a esta norma se castigaba con la pérdida del derecho de herencia. En ese ambiente movilizado por nuevas ideas y nuevos protagonistas, los argumentos contrarios al noviazgo resultaron inconsistentes [...].
"Aunque no fue el único juicio de disenso de esa década, pues hubo algunos otros de importancia en que los
hijos pusieron pleito a sus padres, el de Mariquita y Martín tuvo una repercusión especial. [...] Ella y su novio se habían convertido, sin buscarlo, en pioneros de esta nueva sensibilidad."
Sáenz Quesada, M., Mariquita Sánchez. Vida política y sentimental. Sudamericana, Buenos Aires, 1995.




c. Después de la lectura, posibles intervenciones:
¿Cómo era la educación de las niñas?, ¿qué expectativas tenían los padres con respecto a su futuro?, ¿cuál era el modo habitual de concertar matrimonios entre los miembros de este sector social?, ¿qué posibilidades había de tomar decisiones alternativas e introducir cambios en la sociedad del momento?


d. Más actividades




  • Si hubieras sido una mujer como la del relato...


• ¿qué trabajo podrías haber desempeñado? Tachar lo que no corresponda:
médica – abogada – monja – actriz – comerciante – ama de casa

• Con respecto al matrimonio, cuenten o escriban:
¿dónde habrían podido conocer a su futuro marido?
¿quién les habría elegido marido?, ¿por qué?

• Con respecto a la educación, cuenten o escriban:
¿cómo se imaginan que habría sido un día de clase en aquella época?
¿cómo se imaginan la escena? Representarla mediante un dibujo.



  • Para conocer la situación de la mujer en la actualidad respecto de problemáticas similares, se podría:

• realizar encuestas a mujeres de diferentes edades (de más de 70 y de menos de 40 años) para obtener datos sobre la educación, la inserción laboral y la elección de pareja en diferentes épocas y para conocer qué cambios se produjeron y cuáles no;

• buscar información sobre mujeres que desempeñen un rol activo en la defensa de los derechos de
la mujer en la actualidad, para conocer acerca de los organismos que se ocupan de estas temáticas y qué actividades desempeñan;

• buscar imágenes de revistas que reflejen a la mujer actual en diferentes situaciones (trabajo, educación, defensa de sus derechos). Se puede disponer de esas imágenes para propiciar una comparación con la situación de la mujer reflejada en los cuadros trabajados en las actividades anteriores.



martes, 20 de noviembre de 2012

El debate de la figura de Juan Manuel de Rosas


Fuente 1.  “Inspirada por Rosas, la Federación pretendió restaurar el orden colonial. Aunque con vacilaciones y entre mil dificultades, los gobiernos de los primeros veinticinco años de la independencia habían procurado incorporar al país a la línea de desarrollo que había desencadenado la revolución industrial en Europa y los Estados Unidos. La Federación, en cambio, trabajó para sustraerlo a ese cambio y para perpetuar las formas de vida y de actividad propias de la colonia. Desarrolló el paternalismo político, asimilando la convivencia social a las formas de vida propia de la estancia, en la que el patrón protege pero domina a sus peones; abandonó la misión educadora del Estado prefiriendo que se encargaran de ella las órdenes religiosas; destruyó los cimientos del progreso científico y técnico; canceló las libertades públicas e individuales identificando la voluntad de Rosas con el destino nacional; combatió todo intento de organizar jurídicamente el país, sometiéndolo de hecho, sin embargo, a la más severa centralización. Tal fue la política de quien fue llamado “Restaurador de las leyes”, aludiendo sin duda a las leyes del régimen colonial español. ”

(José Luis Romero, historiador argentino contemporáneo, Breve Historia de la Argentina. Eudeba, Buenos Aires, 1965.)

Fuente 2. “El autonomismo bonaerense (mejor que rosista, pues esta era la postura de mayoritarios sectores de grupos dominantes: terratenientes, comerciantes, financistas, intelectuales, cualquiera fuese su filiación política), constituyó la condición necesaria para la recomposición y el mantenimiento del orden social favorable el desarrollo de los grupos dominantes a la provincia. Rosas fue llamado “restaurador de las leyes” porque aseguró la vigencia y el cumplimiento del ordenamiento institucional definido durante la gestión de Martín Rodríguez, a comienzos de 1820, base del poder terrateniente bonaerense.
Existe cierto consenso en la caracterización de Juan Manuel de Rosas como “hombre de orden”, pero no debe entenderse esto como una mera oposición al “desorden”. Rosas era partidario de “un cierto tipo de orden social y político” diferente y/u opuesto a otras propuestas planteadas contemporáneamente por enemigos y adversarios. […]. Los terratenientes ganaderos bonaerenses (que también fueron comerciantes, usureros, militares, y desempeñaron algunas de esas actividades, o todas al mismo tiempo, como por ejemplo los Anchorena) necesitaban de una orden social que les asegurara la acumulación de capital. El lento desarrollo de las relaciones de producción capitalista en el campo bonaerense, durante la primera mitad del sigo XIX, no la podía asegurar sin el riguroso control del poder político, especialmente a partir del control de la fuerza de trabajo. En el contexto de este proceso económico y social se pude comprender mejor por qué el discurso federal de Rosas se opuso a su práctica autonomista: los interés económicos del grupo dominante de Buenos Aires (y del futuro país) eran incompatibles, en esa época, con la constitución de un gobierno de unión nacional.”

(Waldo Ansaldi, Rosas y su tiempo, selección y prólogo. Centro Editor de América Latina (Colección Historia Testimonial Argentina, núm. 24, Buenos Aires, 1984.)

Fuente 3. “Rosas fue al gobierno en 1829 como hombre “de orden”. No era político, y llegaba a las posiciones públicas como consecuencia de sus actividades privadas.  Era el hombre serio, de trabajo y de acción, de quien se esperaba restauraría el imperio de “las leyes” tan conculcadas hasta entonces. Sabíase que el “Restaurador de las leyes” no toleraría ninguna infracción a ellas, de la misma manera que el estanciero de “Los Cerrillos” no aceptaba tergiversaciones a sus reglamentos camperos.
Pero Rosas era algo más que un hombre de orden. Era argentino por excelencia, en quien se encarnaban todas las virtudes y todas las posibilidades de la raza criolla. Al elegirlo gobernador en las difíciles circunstancias del año, presentíase al único defensor posible de la nacionalidad; Rosas era el polo opuesto de Rivadavia, hasta en lo físico: si éste fue hacedor de proyectos, aquél, en cambio, construyó realidades; mientras uno soñaba con una Argentina europeizada, el otro trataba de salvar la Argentina de siempre”.

(José María Rosa, Análisis Histórico de la Dependencia Argentina, 1973)

Fuente 4. “De primer estanciero agricultor de Argentina y América y pionero de la industria saladeril a hacendado rutinario empírico y tradicional […] las imágenes que la historiografía nos devuelve de Juan Manuel de Rosas como productor agropecuario parecen recorrer todo el espectro posible de calificativos […] Si no fue un innovador, por lo menos supo interpretar con éxito y perspicacia las señales del mercado y arriesgar sus capitales en empresas que, como la salazón de las carnes, aunque presente en la época colonial tardía, era relativamente nueva en esta banda del Rio de la Plata. Ni pionero ni retardatario, más cerca del mainstream [corriente principal] de lo que se pensaba, este hacendado un poco maniático y obsesivo fue un empresario de éxito. Su rutilante y estelar carrera política, así como lugar central que ocupó en la historia argentina de la primera mitad del siglo XIX, ha ocultado en parte ese otro aspecto igualmente exitoso de su vida: el de su trayectoria como un estanciero que empezó administrando estancias ajenas y acabó convertido en uno de los terratenientes más grandes, y, al parecer, prósperos de la pampa. Así y todo fue simplemente uno más.”

(Carlos A. Mayo, Juan Manuel de Rosas, el estanciero, 1997)




Fuente 5. Esto pasó

Un 26 de agosto …
… de 1836 el gobernador Juan Manuel de Rosas dispuso el restablecimiento de la Compañía de Jesús, aunque el regreso fue un capítulo conflictivo, que terminó en expulsión pocos años más tarde.
    En 1767 el rey Carlos III ordenó la expulsión de los jesuitas, por razones políticas, en todo el territorio de las colonias americanas. De esta manera se produjo el cierre de los numerosos establecimientos de la orden con una intensa actividad económica y educativa. Rosas dispuso el retorno de los jesuitas y en diciembre de 1836 se les otorgó permiso para dar clases de gramática latina, griego, retórica, teología, filosofía y derecho, entre otras materias. Las aulas se abrieron en el viejo colegio de la compañía, el número de jesuitas se elevó a 39, y se anotaron numerosos alumnos. Pero al poco tiempo fue evidente que en la compañía no toleraban el culto a la  personalidad de Rosas que tenía lugar en la Iglesia, fomentado por el mismo obispo quien impedía el ingreso en los templos a aquellos que no usaban el distintivo federal. Los jesuitas tampoco predicaron a favor de los federales, no exhibían la divisa en el colegio ni prohibían a sus alumnos el uso de prendas azules o celestes, considerados colores unitarios. Según el gobernador “los que no están del todo con nosotros están contra nosotros” y esa regla fue aplicada a la compañía. Las agresiones de los partidarios de Rosas fueron creciendo hasta que, en octubre de 1841, las calles de la ciudad se estremecieron al grito de “¡mueran los jesuitas salvajes unitarios ingratos!” Los alumnos fueron retirados de la escuela y el padre Mariano Berdugo, rector del colegio, buscó refugio para varios sacerdotes en casas amigas. Finalmente, en marzo de 1843, la compañía fue nuevamente expulsada.

Intervenciones que realizaría
  • Lee atentamente estas selecciones de diversos autores que escribieran sobre Rosas. Extrae la idea principal de cada uno. ¿Qué aspecto de la gestión de Rosas te parece que resaltan?
  • Compáralas entre sí. ¿Cuáles son las principales diferencias entre ellas? ¿Hay coincidencias?
  • Realiza un cuadro de doble entrada donde establezcas los aspectos negativos y positivos señalados por los distintos autores.
  • Busca otra bibliografía y fíjate si las posturas concuerdan con éstas, o si son diferentes y agrégalas en ese cuadro.
  • ¿Por qué algunas opiniones son tan diferentes de las otras? ¿Qué ideología o qué ideas te parece que tienen?


lunes, 19 de noviembre de 2012

Animales en peligro de extincíon.

Adaptaría estos textos informativos a los alumnos de 2 año:
*Artículo periodístico, Clarín 12 de agosto de 2009. Un golpe a la Biodiversidad. "Los animales top de la fauna argentina, en riesgo de extinción.
* Los que se van. Especies Argentinas en Peligro. Chevez Juan Carlos

Leemos, reflexionamos y conversamos entre todos después de la lectura:
_ ¿Existen diferencias y semejanzas entre los textos informativos?
_ ¿ Cuales son? ¿Porque les parecen que son diferencias y porque semejanzas?
_ ¿ Les pareció interesante los textos leídos?
_ ¿ Qué significa " en peligro de extinción"?
_  ¿ Sintieron hablar de instituciones o grupos de personas que ayudan a animales en peligro de extinción?
_ Proponerles escribir carteles con posibles causas de peligro de extinción de los animales y pegarlos en el patio del colegio, comercios cercanos al colegio, etc.
_ Proponerles escribir en afiches: Propuestas para evitar la Extinción de Animales.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Débora Andrada:


Hola, el tema que seleccioné para trabajar en el ámbito de estudio es"los pueblos originarios"
Los libros seleccionados son:

-Argentina originaria genocidios-saqueos y resistencia. Dario Aranda

-Historias desconocidas de la argentina indígena. Andrés Bonatti-Javier Valdez

Elegiría algunos capítulos de este libro , para que los alumnos analicen y les formularia las siguientes preguntas:

¿Qué diferencias y que similitudes encuentran en ambos textos?
¿Cómo crees que se sintieron los aborígenes,con la llegada de los españoles?
¿Como te hubieras sentido vos , si hubieras pasado por lo que ellos pasaron?
¿Se respetaron los derechos de los pueblos originarios?¿y en la actualidad?
¿Crees que es importante valorar su cultura? ¿por qué?
¿Cómo te sentirías si te imponen otra cultura totalmente diferente a la tuya?

jueves, 15 de noviembre de 2012

Selección de dos textos informativos sobre el medio ambiente y los residuos urbanos



 
Brailovsky, Elio A. ¿Quién se ocupa de los residuos urbanos?. En:Brailovsky, Elio A.. Historia ecológica de Iberoamérica: de los Mayas al Quijote. Buenos Aires:Capital intelectual, 2006 
 
 
Dowdeswell, Elizabth;, Dir. ejecutiva PNUMA/habitad Asuquo,Nnmmonso,il., B. Operación limpieza En: Misión rescate: planeta tierra. Edición infantil de la agenda 21—Larousse : México,1994, p. 50
 
Para reflexionar:
¿Cuáles son las diferencias y semejanzas que se presentan entre los dos textos?
¿En qué texto se presenta como más grave la dificultad de la basura?
¿Te resultaron interesantes los textos? ¿Por qué?
A partir de estos textos comenta y reflexiona con tu familia: ¿Cómo es el tratamiento de los residuos en tu barrio y que hábitos cambiarían para cuidar el medio ambiente?